La lista de actividades es, en todos los sentidos, la tarjeta de presentación principal de tu centro.
Antes de leer la presentación o descubrir quién eres, los posibles clientes irán directamente a ver qué ofreces y a qué precios.
En este artículo no hablaremos de tarifas, abonos ni promociones, sino de cómo presentar tus actividades para que resulten realmente interesantes y únicas.

Cuando tu lista dice quién eres
Si gestionas un centro de fitness mediano o grande, probablemente ofrezcas una amplia gama de clases, incluidos formatos conocidos de empresas especializadas: Zumba, Strong Nation, Jazzercise, Flyboard, Macumba, Pound, BootyBarre, Les Mills, etc.
Seguramente analizas las demandas de los clientes y actualizas tu oferta cada año.
Perfecto: este artículo no va principalmente dirigido a ti, pero puede ofrecerte ideas útiles.
Si, en cambio, diriges un estudio más pequeño, o trabajas como entrenador personal o profesor de Yoga/Pilates, tu lista probablemente incluya pocas modalidades — o incluso solo una.
Eso no es una desventaja: de hecho, demuestra especialización y competencia.
| Sin embargo, existen dos riesgos reales:
- Que tu actividad se parezca a muchas otras de la zona.
- Que la falta de novedades reduzca progresivamente el interés de los clientes.
Quizás pienses: “Mis alumnos son fieles, no se irán.”
Sí, pero no todos los clientes lo son: hay que pensar también en quienes aún no te conocen.
Cómo despertar más interés en tus clases
Tomemos el ejemplo de un profesor de yoga.
¿Cómo puede renovar el interés por sus clases con las competencias que ya tiene?
Una opción clásica es especializarse más: “Yoga prenatal”, “Yoga infantil”, “Yoga postural”…
Funciona, pero cada vez más profesionales lo hacen.
El riesgo es volver al punto de partida: mucha oferta similar, poca diferenciación.
Sin embargo, hay otra posibilidad que en muchos casos ha resultado ganadora.

La idea: un formato de fitness único, conectado con tus pasiones
La propuesta es simple pero poderosa:
crea un formato de fitness personal, que combine tus competencias con tus pasiones — música, arte, literatura, naturaleza, alimentación, filosofía… lo que te inspire.
Ejemplo práctico
Imagina un ciclo de diez clases llamado Yoga Symphony.
Cada sesión está dedicada a un gran compositor — Beethoven, Bach, Mozart, Schubert — y antes de la práctica, cuentas brevemente una anécdota o curiosidad sobre su vida o música.
Si algunos, como Mozart, componían a 432 Hz, puedes explicar los beneficios de esa frecuencia para el cuerpo y la mente.
“En septiembre haremos juntos un viaje por el mundo de la música clásica.
Beethoven, Bach, Mozart y Schubert nos acompañarán en nuestras sesiones de yoga, llenando cada célula de nuestro cuerpo de energía positiva.”
Acabas de crear tu propio formato de fitness original, igual que las grandes marcas del sector, pero de manera auténtica, personal y coherente contigo.

El poder de la narrativa y los ciclos de clases
Un formato así convierte una clase en una experiencia.
Cada sesión se convierte en un episodio de una historia que evoluciona con el tiempo.
El cliente querrá asistir a todas para no “perderse un capítulo” y percibirá cada encuentro como algo único.
Imagina el impacto:
¿cómo sonaría Yoga Symphony en tu lista en lugar del simple “Yoga”?
¿Y qué efecto tendría en redes sociales y publicidad, con una imagen y una historia que contar?
Pequeños detalles, grandes resultados
Este tipo de proyecto requiere preparación y cuidado, pero el secreto es simple:
elige algo que realmente ames.
Tu entusiasmo será la clave del éxito, porque los clientes perciben la autenticidad.
Y si crees que no tienes intereses “extra”, mira a tu alrededor:
quizás conozcas a alguien que toque instrumentos especiales (arpa, handpan, didgeridoo) y con quien puedas colaborar.
O te apasiona la alimentación natural: ¿por qué no acompañar las clases con una infusión detox o una breve charla sobre ingredientes y beneficios?
Si amas la literatura, cada sesión podría inspirarse en un autor diferente.
Imagina leer unas líneas de Moby Dick al comienzo de la práctica: ¿no es la forma perfecta de preparar mente y espíritu?

Construye una historia, no solo un curso
Sea cual sea tu idea, cuéntala.
Crea un nombre, un visual, una descripción que la haga memorable.
Tus clientes no solo asistirán a una clase, sino a una historia experiencial que querrán compartir y recordar.
Y quién sabe, ese pequeño experimento creativo podría convertirse en tu firma personal, el motivo por el que nuevas personas empiecen a seguirte.
Luca Zivelonghi
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